miércoles, 30 de noviembre de 2011


Querido Luis,

Desde aquel día de septiembre que no sé nada de ti. ¿Dónde estás? Me preocupa pensar que de pronto no estés bien, nunca había pasado tanto tiempo sin vernos.

Recuerdo aquellos días de Febrero…Tú andabas por Ecuador, por Vilcabamba y me contabas cosas muy graciosas, muy hermosas…Nos vimos unas 10 veces ese mes, creo.

¿Acaso he hecho algo que te haya herido?

Quizás has encontrado otro lugar mejor y…bueno, en ese caso quisiera saberlo para no esperarte más. Basta con que hagas una nueva entrada y la publiques...Sea lo que sea, puedes contármelo.

No me olvides,

Tu Blog.

miércoles, 27 de julio de 2011

pero yo estoy bien

Luis, ¿qué tal estás?
Y uno responde: bien, bien. 
Y nunca sabrá si lo que ha dicho es cierto o no.
Pero yo estoy bien. 
Trabajando en un restaurante de comida española en el centro de Bogotá, por una de las zonas más exclusivas de la ciudad. Si la tortilla y la paella me producían melancolía, en el último mes he llegado a estar literalmente fatigado. Y es que la tortilla suele ponerse mala y nos la dan a los meseros como almuerzo día sí, día también. Es gracioso enfrentarse a todos esos sabores y olores estando en otro país y vender como delicia exclusiva aceitunas con boquerones en vinagre, un bocadillo de calamares o una ración de bravas. Todos en el restaurante alucinan al ver a un español de camarero. Y es que salvo el patrón, todos los demás son colombianos. De hecho han corrido el rumor de que soy el sobrino del jefe, supongo que es la única explicación posible a la idea de que un primermundista trabaje de algo tan bajo en un país tercermundista  como Colombia (esto lo dicen ellos, no yo). Siempre me preguntan qué hago aquí cuando en España se gana más plata, se vive mejor y las mujeres son más arrojadas y calientes. Todos piensan que en España uno llega al bar y las mujeres se le tiran encima, satisfaciéndole todo tipo de deseos y sueños sexuales. La culpa de ello lo tiene el cine porno español, el único que ven pues no hace falta ser doblado y es el de mejor "calidad". Desde que salí me he dado cuenta de lo potente que es esa industria y el daño que ha hecho en el subconsciente de los hombres latinos. Advierto a los sociólogos que investiguen el tema pues puede que sea una de las grandes causas de la inmigración en España.
Y mientras me preguntan todo el día el significado de coño y gilipollas, trato de trabajar duro y ahorrar para comprar una nueva portátil y vengar así la mía que quedó por ahí en manos de ladrones colombianos. En apenas dos semanas viene mi santa madre y su santo esposo a visitar y daremos unas vueltas por el país, Cartagena, Medellín....El otro día fui a pedir una prórroga para quedarme un mes más en Colombia con la VISA de turista. Me había pasado dos días desde la última que me dieron, siendo por dos días ilegal. Al decírselo al policía que me atendía la petición de prórroga me dijo que no había problema. Me dieron un mes más sin problema. Ya de paso pregunté qué pasaba si me quedaba en el país habiendo vencido mi visa a lo que me respondió resuelto que solamente pagaría una multa que ascendía a una cantidad aproximada entre un sueldo mínimo y dos, es decir, entre 200 y 400 euros. Luego podía renovar la VISA de turista o podía cambiar mi VISA y me hacían los trámites una vez pagada la multa y presentando los papeles necesarios de acuerdo a la VISA que pidiera.
Y pensar que en España, si uno supera la cantidad de días permitidos, le persiguen, le enjaulan entre un dia y un mes en un CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros), le deportan, le multan y le prohíben la entrada de nuevo. Esa misma España que ellos imaginan de mujeres calientes y piscinas de dinero, de paellas y bravas, de IPods y casas en la playa...
Pero yo estoy bien.

P.D. Escribí unos artículos sobre Perú en el blog de la Casa América, por si alguno le apetece...

lunes, 11 de julio de 2011

Hoy, cuando he completado mi café con leche en polvo, un corazón blanco se ha quedado flotando en la superficie. El mundo te ofrece corazones llenos de amor o polvos sin diluir.

martes, 14 de junio de 2011

collage democracia real

collage democracia real by luisarenas
collage democracia real, a photo by luisarenas on Flickr.

Retratos de la manifestación frente al consulado de España en Cartagena de Indias, Colombia.

domingo, 12 de junio de 2011

DE PAPITOS Y PAPASITOS

Navegaba aburrido por páginas de internet, sin encontrar ningún link que me prometiera unos minutos de diversión y entretenimiento cuando decidí entonces buscar algo por Google, cualquier cosa, escribí lo primero que me pasó por la cabeza: “soy español y quiero trabajar en Colombia”. Tras una breve pausa el oracular Google, que tiene respuesta para todo, me mostró varios foros de gente en mi misma situación. Encontré una página web, www.spaniards.es, en la que españoles repartidos por el mundo se comunican entre sí, buscándose en los destinos extranjeros que estén. Encuentro historias que me interesan, como la de un chico de 28 años que pregunta por las posibilidades laborales en Colombia, la facilidad para hacer los papeles y un tema común en el extranjero que llega por primera vez a este país y que es la preocupación sobre la inseguridad que se vive en sus ciudades, en sus parques y calles por los temas que todos conocemos por un medio u otro. Al final del documento explica la razón de su interés por venir a Colombia:  

“Aquí he conocido hace 7 meses, al amor de mi vida, una colombiana de Bogotá, con la que quiero pasar el resto de mi vida”

A los días otro español le responde feliz por lo similar de su caso:  

“Soy Español y encontré tb el amor de mi vida, y por circunstancias, ha tenido que regresar a Bogotá. Y bueno.... pues la distancia es muy muy dura, y estoy decidido a ir para Colombia”. 

Más abajo otro caso parecido, aunque ya residiendo en Colombia:  

“Hola a todos, yo soy Español de Barcelona y llevo viviendo permanentemente en Bogotá desde hace 7 meses, mi mujer es colombiana de Bogotá, y hasta me he casado aquí,…” 
  
Y la lista de casos parecidos sigue. Lo llamativo de esto y la razón por la que lo traigo aquí es que todos los casos son de hombres españoles que se enamoran de mujeres colombianas y piensan en seguirlas a su país mientras que nunca encontré casos de mujeres españolas siguiendo a su hombre colombiano. 

Durante días me he preguntado por qué se da esta división tan clara entre géneros y países…¿será una feliz coincidencia? ¿Existe una regla general que regule todos estos casos? Quizás muchos hombres vayan a Colombia a corroborar empíricamente el viejo estereotipo de que una colombiana hermosa es una redundancia…sobretodo aquellos españoles que vean en Shakira el talismán que hizo que España ganara el Mundial de Sudáfrica. Quizás sólo los hombres se atrevan a ir a un país tan peligroso como Colombia, también otro estereotipo del país y a veces muy real. Para alejarme de tanto prejuicio se lo comento a Alejandra quien de primeras ríe, abrumada por el empleo que hago de mi tiempo en frente del computador.
-           
Sé que parece estúpido, pero, 
¿no te parece demasiada coincidencia que sólo 
sean los hombres quienes lo hagan?. 
Quiero decir, míranos a nosotros, somos otro caso, ¿cierto? 

Sí, claro, dice sin mucho interés. 
Quizás los españolitos tenéis fantasías 
desde pequeños con las colombianas, ¿no? 

En seguida mi imaginación genera la imagen más fácil de Colombia, la imagen que cualquier hombre medio podría tener: el Caribe, la playas de arena blanca, los cocoteros y a tu lado una mulata con poca ropa incorporándose para extenderte el bronceador. Puede ser, le digo. Recuerdo que una vez en Cartagena vi a un señor español de unos 50 años con una colombiana de unos 20 y un niño de 7 que correteaba. El hombre echaba pestes del niño, que criticaba por malcriado, mientras ella se lo tomaba a risa y le acariciaba el mentón. Por un segundo imaginé a ese señor pasando los meses de vacaciones en Cartagena y el resto del año en Madrid manteniendo a su amante colombiana.
Alejandra me pregunta qué diferencias hay entre nuestras culturas que aún así nos atraigan por el hecho de no ser similares. 
  
Creo que sabéis ver la verdadera esencia de las cosas, 
y todo lo demás os vale madres, le digo. 
Eso os hacer vivir de manera sencilla, 
relajada, sin aspiraciones huecas. 

A mí me gusta lo poco machista que eres, me dice. 
El colombiano y especialmente la colombiana es 
muy machista, no importa de qué nivel educativo o estrato social sean…
Quizás eso es lo que hace que muchas mujeres busquen hombres 
españoles, mientras que el caso a la inversa no se dé.
-           
Eso suena razonable, le digo. 

Tras una pausa me acuerdo que para el casting de “La Broma” hablé con una mujer de unos 40 años que vivía en Lavapiés. Para mi era importante que fuera del barrio para que conociera bien los problemas de inmigración que sufre. Tomando un café, hablando de todo, me dijo… “¿Sabes? Yo creo que soy un poco racista…es que no soporto a las mujeres latinas que se casan con hombres españoles de mi edad. Es que cada vez más amigos míos tienen parejas latinas, que les dicen que si papito, papasito y a una ya no le quedan oportunidades y a mí se me está pasando el arroz, ¿me entiendes?”. La miré a los ojos y me inspiró mucha ternura: racista por celosa. Tras una pausa, siguió hablando: “es que en España las mujeres hemos luchado mucho por nuestros derechos, hemos venido consiguiendo una serie de privilegios, de concienciar a la sociedad de los derechos de la mujer y educando a los hombres a respetar esos derechos. Y ahora llegan ellas y están tumbando todos esos derechos porque no hacen más que malcriar a los hombres. Les lavan todo, les cocinan, les hacen todo para que vivan como reyes y todo el día que si papito, papito…y esto me lo han dicho mis mismos amigos, no se lo inventa una.” Le conté la historia a Alejandra:

Bueno, ella también era un poco machista, ¿no crees? 
Está culpando a las mujeres latinas y no a los hombres 
españoles por dejarse hacer todo eso… 

Si, igualmente, la mujer latina está haciendo lo mismo ya sea 
con un hombre español o un colombiano o de donde sea.
Está respondiendo a un comportamiento que le han 
enseñado en su sociedad de origen, le digo.
  
Sí, podríamos enumerar miles de casos diferentes, 
y son opiniones, reflejos de pequeños mundos.

Bueno, que existe el machismo en nuestra sociedad, 
no me parece que sea una opinión, Alejandra, 
es un hecho, y sobretodo acá.

Ya papasito, no me discuta…

No sé, quizás los hombres somos los únicos tan estúpidos de meternos en internet a poner una frase tan tonta como esa en Google para airear nuestra vida privada en foros y blogs.

viernes, 10 de junio de 2011



Llevo en mi corazón, como un cofre que de lleno no pudiera cerrarse,
todos los lugares en los que estuve, todos los puertos a los que llegué,
todos los paisajes vistos a través de ventanas, o de portillas,
o de combeses soñando,
y todo eso que es tanto, es poco para lo que quiero.

ventana03

sábado, 21 de mayo de 2011

SPANISH REVOLUTION EN CARTAGENA DE INDIAS

¿Quien se une a sentarse frente al consulado de España en Cartagena de Indias, Colombia? Estaremos hoy sábado 21 a las 4pm en la plaza de Santo Domingo,...si estás indignado y en Cartagena, ¡únete! DEMOCRACIA REAL YA!

Cumbia de los indignados

Yo me fui de España porque nunca tomé al español como un ser romántico, un alma utópica e idealista lo suficiente como para hacer algo así. Y es que hace poco estaba caminando con una amiga por Cartagena de Indias (Colombia) cuando nos encontramos con unos amigos suyos cartageneros. Tras las palabras previas de bienvenida me preguntan de dónde soy. Al responder que soy de España me preguntan por mi opinión sobre los acampados en la plaza principal de Madrid. Mi silencio y mi cara de confusion le permiten empezar la cronología de los hechos más relevantes de los últimos dias en la política española. Y los cuenta con emoción y pasión y vuelve a preguntarme si de verdad no sabía nada de ello. Le oigo hablar de mi pais con orgullo, con envidia sana, con rostros iluminados y miradas encendidas (recuerden que éramos colonizadores y ahora somos turistas). Por primera vez me siento orgulloso de ser español y no por haber ganado la copa del mundo de fútbol. Y es que, Señor Rodriguez Zapatero, la copa no iba a acabar con la crisis, como usted vaticinó en sus muchas especulaciones esotéricas sobre el futuro de España.

La información que me llega es a través de los periódicos digitales y hay dos aspectos que me llaman mucho la atención. Uno es que buscan titulares desesperadamente, buscan la negrita y la cursiva mientras especulan cual puede ser la lista de objetivos y fines de la movilización, buscan la violencia y la sangre para desentrañarla en sus inmejorables crónicas. Pero no pueden, pues este movimiento les resulta tan amorfo, tan extraño, tan falto de consistencia objetiva que no saben como atacarlo. Y se muestran perplejos. Y confundidos. Como los políticos.
El segundo aspecto que me llama la atención es que con esta movilización han conseguido ahorrarnos la telenovela barata preelectoral entre PP y PSOE, luchando cada día por acaparar las portadas nacionales. Abrir el periódico y ver al pueblo, el pueblo en cólera y en portada, ver a la verdadera democracia y no sus falsos representantes. Paradójicamente, ahora es cuando los medios de comunicación nos están brindando sus portadas más interesantes.
Para mí, estas elecciones no significaban nada, iban a ser una de tantas otras que no iba a seguir de cerca, de hecho, ni me he esforzado en averiguar cómo hacer para votar a distancia. Y ahora, al ver todo este revuelo lamento no haber hecho ese esfuerzo democático para ejercer el mismo voto que llevo usando desde que cumpli la mayoria de edad: el voto en blanco.

Sólo espero que todo esto no acabe tras el domingo. El 22M solo fue la excusa, el escenario mediático. Ahora se trata de una labor menos ruidosa, una labor de hormigas y no de elefantes. Es decir: ahora no vale con el grito desenfadado de acusacion al otro, sino que debe llegar un periodo de autoreflexión, de reconocer errores, de ver cómo y cuándo se ha permitido llegar a esta situación y ahi elaborar las mejoras oportunas. Se trata de crear un sentimiento más comunitario en una sociedad que no sabe donde reflejarse. Dias antes de la manifestación le conté a un amigo de Madrid que pensaba en volver a España, y le empecé a exponer mis motivos, pero no me dejó terminar. No Luis, aquí no ocurre nada, todo sigue igual...Yo quedé en silencio. Sabía lo que me quería decir, porque lo hemos comentado miles de veces. Ahora tengo la esperanza de que no sea así. De hecho siento envidia por los que están allá, viviendo algo único y participando de un momento para la posteridad de la historia de ese país.

Y ahora si, compañeros cineastas, animaros a hablar sobre esto, busquen a las personas tras las palabras, den con la humanidad que un periódico jamas conseguirá contar a gente que como yo no estamos ahí para vivirlo. Retraten, interpreten, dejen testimonio de este momento para el futuro, pero uno tan cercano como el lunes después a las elecciones. Que no decaiga.

¡MIREN LOS INDIGNADOS!

lunes, 16 de mayo de 2011

La Broma participará VI Muestra de Cortometrajes Corto y Cambio. 
De ponente irá mi amigo y montador Eduardo G.A. Palenque. 
Si no pudieron ver todavía el corto aprovechen que es gratis y hay muy buen ambiente.
Hace poco me encontré con esta imagen, The Singing Butler, de Jack Vettriano, a quien desconocía hasta ahora. Lo encontré formando parte de un puzzle, en un hostel en Medellín. Desde entonces, me persigue.

sábado, 30 de abril de 2011

Recomendación del día

Recomiendo muy mucho este grupo franco-neoyorkino que homenajea la música peruana de los años 70, a gente como Los Mirlos o Juaneco y su combo, que empezaron a experimentar la cumbia, psicodelizándola, llevándosela al Amazonas a tomar ayahuasca y devolviéndola a los clubes más exclusivos de Lima. Ahora Chicha Libre hace su peculiar relectura, occidentalizándola en los clubes neoyorkinos a golpe de gin tonics. Es un doble disco donde vienen los originales, que recomiendo investiguen, y sus respectivas relecturas más algunos temas originales. De lo mejor que he escuchado en estos meses....

viernes, 15 de abril de 2011

Domingo de Abril en San Agustín, Colombia.

Buen día para ir al mercado a almorzar. Repito con la misma señora donde ya fui hace un par de días, Doña Ana y su hija Liliana. Entonces me prometieron una buena cantidad de carne después de la desilusionante gallina campera de la otra vez. Gallina anoréxica, les bromeo. Madre e hija ríen sincronizadas, aquí nunca se molestan, ríen por todo.

Tras el almuerzo me quedo tomando tinto (café con panela, un concentrado de azúcar) y conversando con la hija, Liliana. Ya no creo en el amor, me dice con la mirada centrada en su patacón (plátano macho aplastado y frito). Es que les pelea mucho, intercede Doña Ana. Sí, es verdad, yo les doy cachetadas, así, y me muestra cómo lo hace. Peleona en el amor y en el trabajo, le digo. El otro día Liliana me contó que la despidieron del trabajo de enfermera, donde ganaba novecientos cincuenta mil pesos, y ahora ayudaba a su madre en el pequeño negocio. Doña Ana en seguida pregunta cuanto gana una enfermera en España. Es que la echaron por peleona, añade algo desconsolada Doña Ana mientras Liliana me mira pícara y despreocupada. Para después de Semana Santa quiere probar suerte en Bogotá. Ella es la única que todavía vive con sus padres. Por lo menos yo trabajo, me dice, no como usted que es un perezoso y sólo viaja.

Madre e hija empiezan a cocinar a las cuatro de la mañana en el mismo puesto del mercado donde tienen un fuego a gas y varios útiles. Trabajan todos los días de la semana hasta las seis de la tarde o hasta que haya clientela. El almuerzo son tres mil pesos pero se le puede rebajar a dos mil quinientos con un poco de llanto. Rentar mensualmente el local les sale a treinta mil pesos. Además tienen una finca donde cosechan café y verduras y frutas típicas de la región. Es comida sencilla pero a la que le sacan provecho a cada sabor.

Más que madre e hija parecen dos amigas adolescentes, cuchicheando y riendo entre ellas continuamente. Cuando te hablan apenas le miran a uno a los ojos pues están atentas a todo cuanto ocurre a su alrededor, como esos animales del desierto africano que montados en sus dos piernas miran nerviosos de un lado a otro, con el mentón en alto, en señal de alerta. No importa si una está fregando o cocinando o sirviendo, siempre están atentas a cualquier incidente (la señora Julia ha traído chirimoyas, ¿de dónde las habrá sacado?) o a cualquier cliente que pase por ahí y al que arengan con el clásico colombiano: a la orden! En cualquier comercio siempre te reciben o te despiden con la misma consigna, algo que yo sólo había oído en el léxico militar (en las películas, claro). Yo me casaría con un cura, me dice Liliana sirviéndome otro tinto recién hecho, tienen una renta de por vida y siempre me sería fiel. No creo que haya que ir hasta ese extremo, le digo, pero tú no pierdas la fe en el amor, siempre aparece, de improviso. Yo ya me he olvidado de eso, dice. No mujer, eso es como andar en bicicleta, uno puede estar 20 años sin montar una, que cuando vuelve a subirse a una no se olvida. ¿Usted sabe manejar motocicleta?, me pregunta absorta, como si no hubiera escuchado nada de mi discurso romántico.

Una mujer que parece haber olido el tinto humeante se une a la conversa. Liliana le dice que en Alemania los curas sí se casan y tienen incluso hijos. La señora mira confusa, como preguntándose qué será eso de Alemania. Liliana me señala acusadora: él me lo dijo. La señora bebe un sorbo, toma aire y: “Aquí hubo una señora que estuvo con un cura. Ella era de la provincia de Nariño, pero vivía acá en San Agustín, en unas casas de por allá…sus hijos todavía están. Siempre que se acercaba la Semana Santa se quedaba mula…¿Muda?, pregunto…no, no, mula. En cuanto llegaba Domingo de Ramos su cuerpo se le quedaba tieso, así, y no se la podía sacar de la cama. Empezaba a gritar y la baba se le caía por la boca y los ojos, así mire, se le ponían así de grandes. El cura iba a verla hasta dos veces por día, el pobre, como si no tuviera otra cosa que hacer, iba con agua bendita y ella saltaba de la cama cada vez que le hechaban. Le acompañaba la gente del pueblo porque tocaba amarrarla, fuerte, y llevaban Biblias y crucifijos y oraban para consolarla. Entón por eso que le llamaban mula, porque babeaba y toda tiesa estaba. Pero luego para el martes o miércoles después ya se le iba y ya estaba normal, como si nada hubiera pasado. Yo era muy pequeña pero recuerdo que, porque todo esto que le digo es verdad, hay testimonios y además mentir es pecado…entón recuerdo que las mujeres que no creían ahí las llevaban o acompañaban al cura y tú podías ver. Y esto le pasaba todos los años y ella decía que era porque había estado con un cura. Eso decía.” En ese momento miro a Liliana, como advirtiéndola del peligro de su idea de casarse con un cura, pero ella sigue indiferente devorando otro patacón…Quizás siga pensando en Alemania, el paraíso de los curas casados.


Doña Ana y su hija Liliana

sábado, 9 de abril de 2011

Corrido

Cuando entré en Colombia algo de pronto me resultó familiar. Detrás de los muros de las casas, de las salas de billar o desde la radio de un coche sonaba música que no había oído en todo este tiempo por latinoamérica y no por desconocida, sino por estar desplazada geográficamente: el narco-corrido. Esa música de la que me empapé en México con grupos famosos como Los Tigres del Norte y que tanto escuchaban ahí. Siempre pensé que ese ritmo, esas trompetas, ese acento de mejjjjjjicano, era algo original y natural de allá. Pregunté si en Colombia también se hacía ese tipo de música, pero me dijeron que no, no era común encontrar grupos de narco-corrido colombianos, pero que se escuchaba mucho por los pueblos de la sierra. Al principio me hacía gracia, no pensé mucho en ello.
A los días me hice amigo de un señor que tiene una bodeguita en una plaza de un pequeño pueblo de la sierra colombiana. Despotricaba contra todo lo colombiano tanto como lo defendía con ferviente amor. Colombia, Paraíso e Infierno, dice. Algún día hablaré de él aquí. Imagina una tarta cortada en cinco pedazos, dice mientras sostiene un papel a modo de tarta...cada pedazo es el capital de Colombia, bueno pues, un trozo van para los políticos, otro para los curas, otro para los terroristas, otro para el pueblo y el último para la mafia. Hasta ahora todo correcto. Que pasa entonces? Que salvo el del pueblo, todos los demás se los están comiendo las mismas personas. Esas mismas personas que trafican con cocaína y escuchan esa mierda de música mejicana...
Ahí caí en la cuenta. Al colombiano no le gusta esa música, simplemente le queda cerca. Son canciones que hablan de una misma realidad en países diferentes.

sábado, 12 de marzo de 2011

fotografía estenopeica


La cámara estenopeica no tiene lentes ni nada que intercepte el contacto de la luz con el negativo. En vez de película se usa papel fotosensible, que luego se rebela para positivarlo. La cámara la hice a partir de cartón reciclado y plastico negro de los envases de leche (aca la leche va en bolsa, no en tetrabrik!).

lunes, 28 de febrero de 2011

GUAU! (dijo el perro)



Durante el mes de Enero he estado trabajando con los nómadas en un taller de documental en Galilea, en la selva amazónica de Perú. Es una pequeña comunidad nativa wampis, a 6 horas por río de Nieva, la última ciudad con carretera. Ahí he visto los mejores atardeceres de mi vida. Todos los días,mientras el sol descendía, habían 3 minutos en los que el cielo se teñía de un rosa tenue que invadía el ambiente. En cuestión de segundos, un aura rosada invadía todo, como si filtraran el sol con un papel y minutos más tarde lo retiraran para que la noche se abriera paso.


Imagen del grupo del que era tutor rodando en casa de uno de los personajes del documental. El cortometraje retrata a tres generaciones de mujeres wampis que narran las oportunidades que han tenido en la vida y cómo han acabado


EN EL CAMINO (y sigue)

2.

Hoy he preparado para cenar tortilla de patata. Desde que estoy aquí he depurado mi técnica, porque en España hice una o dos en 26 años. Aquí las 5 o 6 veces que he podido acceder a una cocina con libertad he preparado sólo tortilla. Esta vez creo que es la mejor que he hecho hasta la fecha. Para América somos tortillas de papa andantes, que conviene recordar, la papa se la robamos, como todo lo demás, y añadiendo unos simples pocos de huevos la convertimos en patrimonio nacional. Por eso en cada tortilla doy lo mejor de mí…

Ayer preparamos Ana y yo paella. Con el pescado que nos colaboraron las mamitas en el mercado hicimos un caldo y le añadimos los 10 camarones que teníamos. Al final lo único que tenía de paella era el caldo, no había ningún bicho, ni paellera,…el arroz me quedó crudo por los lados…he fallado como español.

Por cierto que en Perú tienen un plato parecido a la paella llamada arroz con mariscos. Nadie sabe decir todavía a ciencia cierta cual es la original y cual la copia...

3.

Ya no importa la fecha que es, no anoto los días ni el mes. Sigo en Vilcabamba, enamorado de sus paisajes y personajes. Me acuerdo de Hans, el viajero sin rumbo de la última novela que leí, que quedó atrapado en la ciudad de Wandernburgo sin saber por qué. Los días van pasando con ritmo cíclico, sin acelerones, cada día surge una actividad que nos mantiene a todos ocupados. Hoy es lunes y nadie tiene que madrugar para ir trabajar; nadie tiene que tomar el metro, ni que correr porque llega tarde a alguna cita. Hoy Leonor cose, Marcela estudia un libro y hace anotaciones en su cuaderno de viaje; León teje otra pulsera, Mauri prepara pan integral en el horno y Amondin y Hugo se van a pasear por la montaña. Ana juega con Arum a hacer animalitos de plastilina y Zampa, machete en mano, limpia la entrada de malas hierbas. Todos aprendemos de todos, todos se alimentan de lo que hacen. Ayer a la noche lo hablé brevemente con Leonor. Aquí trabajamos para nosotros mismos, sin patrón, sin ambiguas jerarquías que nos ordenen qué hacer, sin puestos de trabajo que nos digan qué somos. A golpe de nuestra propia rutina, somos como un cuerpo que trabaja para el conjunto, sin nadie que destaque, sin envidias ni recelos.

Ayer fui a dar un paseo matutino por la montaña hasta llegar a una pequeña cascada donde me bañé. Al mediodía estaba hambriento, tras seis horas de caminata y caí por el restaurante con el menú más barato. Hace días que no como carne y se siente bien. En una mesa estaba Javi, un antiguo inquilino de la casa, natural de Barcelona. Estuvimos hablando de nuestros orígenes, de cómo nos educan para acumular riquezas que luego nunca podemos disfrutar porque tenemos que pagar innumerables facturas. Él toca el didgeridoo para sacar el alimento de cada día. Esa mañana había sacado cuatro dólares con los que puede almorzar y cenar, tomarse un café a la tarde y acompañarlo con un par de cigarrillos. ¿Para qué más?. Tengo toda la tarde libre para dedicarme a leer, a escribir, o a lo que quiera, dice sonriendo. La conversación deriva por muchos lados. En uno de ellos hablamos de las discotecas, de cómo la gente no va a bailar si no a un desfile de modas patrocinado por Cristianos Ronaldos y Shakiras. Me vienen recuerdos de aquellas noches. Recuerdo que muchos días me encerraba en mi cuarto, a pensar obsesivamente en algo que estuviera trabajando y al caer la noche necesitaba desfogarme. En mi círculo de amigos bromeábamos con que todos teníamos a una pequeña bestia en nuestro interior que nos empujaba cada noche a emborracharnos y buscar a una presa que llevarnos a la cama. Era la bestia quien quería drogarse, quería gritar y armar un escándalo, cantar junto a los borrachos, meterse en la profundidad de las cloacas de Madrid, codearse entre las ratas, oler nuestros propios excrementos.

Hace tiempo que no siento la llamada de la bestia. Ya no tengo que alimentarla porque acá no tiene oportunidad ninguna de salir, no le doy motivos. Acá hay luz, incluso de noche.